El metal aluminio no es atraído por los imanes como podemos comprobar si acercamos un imán a cualquier objeto de aluminio, pero podemos conseguir que un imán ejerza una acción sobre el aluminio.
Material
o - Un vasito de aluminio o elaborar uno con papel de aluminio del utilizado en la cocina
o - Un imán suficientemente potente.
o - Un hilo.
Procedimiento
Colocamos el recipiente flotando en un recipiente (plato) con agua (así disminuimos el rozamiento y el recipiente de aluminio se puede mover más libremente).
Colgamos un imán (potente) de un hilo y lo hacemos girar rápidamente en el interior del recipiente (sin tocarlo).
Los polos del imán tienen que estar en el plano horizontal, perpendiculares al eje de giro.
¿Qué sucede?
El recipiente comienza a girar. Cuando cambiamos el sentido del giro el recipiente también cambia el sentido de su giro.
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El efecto es debido al movimiento del campo magnético con respecto a las paredes del recipiente. Cuando un conductor (en este caso el recipiente metálico) se mueve en el seno de un campo magnético (el generado por el imán) o el campo magnético se mueve con respecto al conductor, el conductor responde tratando de anular el efecto del imán: se generan corrientes inducidas que crean un campo magnético contrario al que actúa que, en este caso, provoca que se mueve el sistema. Se trata de un ejemplo de la conocida como Ley de Lenz.