Material
- varios frascos, envase o bolsas opacos (ej rollo de foto)
- Etiquetas y cinta adhesiva
- sustancias olorosas. Ejemplos: la pimienta, el jabón, la canela, la mostaza, la mantequilla, mermelada, miel, piezas de fruta, palomitas de maíz, talco, pasta de dientes, goma de mascar, jarabe de chocolate, vinagre, limón ...
Procedimiento
Perforamos la tapa de los frasquitos y ponemos sobre el orificio un trozo de cinta adhesiva para taponarlo,.
Introducimos una pequeña cantidad de las distintas sustancias en los envases. Los tapamos y ponemos un número en el frasco (con una etiqueta adhesiva);
Anotamos en una hoja de papel lo que hay:en el frasco nº1, nº 2, nº3, nº4, nº5, nº6, nº 7, nº8, nº9, nº 10
A cada alumno se le facilita una tabla con los nombre de las diferentes sustancias.y deberán anotar el número de frasco que creen ellos que es.
Los alumnos deben de oler los diferentes tarros y anotan el número de frasco.
También anotarán si les trae algún recuerdo determinados olores
PIMIENTA nº 3 Me recuerda
JABÓN nº 2
CANELA nº
MOSTAZA nº
MANTEQUILLA nº
MERMELADA nº7
MIEL nº
MANZANA nº
NARANJA nº
PALOMITAS DE MAÍZ nº
TALCO nº
DENTRÍFICO nº
CHICLE nº
CHOCOLATE nº
VINAGRE . nº
LIMON nº
CEBOLLA nº
AJO nº
Comprobaremos los aciertos y errores que han tenido. Charlaremos sobre los recuerdos que les han producido.
Variación: La experiencia se puede complicar si no les facilitamos el nombre de las sustancias previamente.
¿Qué sucede?
Perciben los olores y son o no capaces de identificarlos
Explicación:
Al destapar los frascos las moléculas químicas volátiles que se desprenden de las sustancias y que se encuentran en el aire son captadas por las células olfativas (receptores) que se encuentran en el interior de su nariz.
Según se ha descubierto el sentido del olfato está conectado directamente al sistema límbico la parte del cerebro humano que controla las emociones y que también posee importantes funciones relacionadas con la memoria. (los recuerdos). Percibimos un olor cuando unas moléculas aromáticas penetran la cavidad nasal estimulan los terminales nerviosos encargados de detectar olores. Estos terminales convierten el influjo de moléculas aromáticas en impulsos nerviosos y los envían al sistema límbico en donde, dependiendo de que tipo de aroma se trate, provocan diversos tipos de reacciones emotivas y estimulan recuerdos. Estudios recientes confirman que los olores que percibimos tienen un impacto significativo sobre nuestro estado anímico
El proceso del olfato sigue más o menos estos pasos:
- Las moléculas del olor en forma de vapor (compuestos químicos) que están flotando en el aire llegan a las fosas nasales y se disuelven en las mucosidades (que se ubican en la parte superior de cada fosa nasal).
- Debajo de las mucosidades, en el epitelio olfatorio, las células receptoras especializadas, también llamadas neuronas receptoras del olfato, detectan los olores. Estas neuronas son capaces de detectar miles de olores diferentes.
- Las neuronas receptoras del olfato transmiten la información a los bulbos olfatorios, que se encuentran en la parte de atrás de la nariz.
- Los bulbos olfatorios tienen receptores sensoriales que en realidad son parte del cerebro que envían mensajes directamente a:
- los centros más primitivos del cerebro donde se estimulan las emociones y memorias (estructuras del sistema límbico) y
- centros “avanzados” donde se modifican los pensamientos concientes (neocorteza).
- Estos centros cerebrales perciben olores y tienen acceso a recuerdos que nos traen a la memoria personas, lugares o situaciones relacionadas con estas sensaciones olfativas
Es importante agregar que “Nuestro sentido del olfato es 10,000 veces más sensible que cualquier otro de nuestros sentidos y que el reconocimiento del olor es inmediato. Otros sentidos similares, como el tacto y el gusto deben viajar por el cuerpo a través de las neuronas y la espina dorsal antes de llegar al cerebro, mientras que la respuesta olfatoria es inmediata y se extiende directamente al cerebro. “Este es el único lugar donde nuestro sistema nervioso central está directamente expuesto al ambiente.” (von Have, Serene Aromatherapy)
Más sobre el sentido del Olfato y el Sistema Límbico
El bulbo olfatorio es una de las estructuras del sistema límbico y es una parte muy antigua del cerebro. Como se mencionó anteriormente en la descripción del proceso olfativo, la información capturada por el sentido del olfato pasa del bulbo olfatorio a otras estructuras del sistema límbico.
El sistema límbico es una red de estructuras conectadas entre sí que se encuentra cerca de la parte media del cerebro y está conectada con el sistema nervioso central. Estas estructuras “trabajan en conjunto para tener efecto en un amplio rango de comportamientos que incluyen las emociones, la motivación y la memoria.” (Athabasca University, Tutoriales Avanzados de Psicología y Biología). Este sistema maneja las respuestas instintivas o automáticas y tiene muy poco, o posiblemente nada, que ver con los pensamientos conscientes o la voluntad.
El sistema límbico también está relacionado con la interpretación de los datos sensoriales obtenidos de la neocorteza (la parte del cerebro donde se elabora el pensamiento) para convertirla en las motivaciones del comportamiento. El sistema límbico tiene una función central que es la mediación entre el reconocimiento de un evento por una persona, su percepción como una situación que provoca ansiedad y la reacción fisiológica que resulta de la misma, todo mediado a través del sistema endocrino: Los estímulos son procesados conceptualmente en la corteza y pasan al sistema límbico donde son evaluados y se elabora una respuesta motivada.