A veces jugar con la comida es divertido y podemos aprender sobre cómo se comportan algunos elementos cuando los mezclamos.
Nota: siempre debes consultar con un adulto antes de mezclar productos, especialmente de limpieza, algunas de estas mezclas pueden ser muy peligrosas.
Materiales:
- Un frasco
- Aceite de cocina
- Agua
- Sal
- Colorante vegetal
- Miel de abeja (opcional)
Sirve unos dos o 3 centímetros de agua en el frasco.
Agrega la misma cantidad de aceite vegetal.
Coloca 2 gotas de colorante vegetal sobre el aceite.
En este momento podemos ver como el agua y el aceite se separan y el agua queda en el fondo, mientras el aceite flota sobre él. El agua es más densa que el aceite (más pesada) y por esa razón se va al fondo. Además el agua y el aceite no se mezclan.
También puedes ver que las gotas de colorante quedaron atrapadas en el aceite.
Ahora riega un poco de sal sobre el aceite. Qué sucede?
La sal es más pesada que el aceite así que comienza a hundirse llevándose una burbuja de aceite consigo y rompe la barrera entre el agua y el aceite, en este momento el colorante comienza a mezclarse con el agua.
La burbuja de aceite queda atrapada bajo el peso de la sal en el fondo del frasco, pero lentamente la sal se disuelve en el agua y suelta la burbuja de aceite que sube hacia la superficie.
Cada vez que agregues sal, va a suceder lo mismo, el aceite baja con la sal y cuando ésta lo suelta, vuelve a subir, dando un efecto como de lámpara de lava.
Variación:
Agrega un poco de miel de abeja y deja que se asiente en el fondo. La miel es más densa que el agua y el aceite, y tampoco se mezclará con ellos.
Cuando pongas nuevamente la sal, verás que las burbujas de aceite salen más lentamente porque la sal se pega a la miel y se diluye más despacio.