Vamos a atraer limaduras con un trozo de hierro al que hemos imantando mediante inducción.
Material
- hIerro dulce
- imán
- limaduras de hierro.
Procedimiento
Acercamos un trozo de hierro a unas limaduras y comprobamos que no las atrae
Le aproximamos un imán, entonces comprobamos que atrae a las limaduras, lo hemos transformado en un imán.
Explicación:
Al acercar las limaduras de hierro al trozo de imán no las atrae porque no es un imàn.
Pero al aproximarle un imán hemos conseguido transformarlo en un imán. Este método para imanar el hierro se llama imanación por inducción. El trozo de hierro imantado se llama imán inducido, si alejamos el imán inductor, vemos que del hierro inducido caen todas las limaduras lo cual pone de manifiesto que ya no es un imán, la imanación dura mientras el imán inductor está suficientemente cerca.
Ahora es muy importante que sepamos cuál es el polo norte del imán inducido. Supongamos que hemos acercado el polo sur del imán inductor; por el método de la aguja magnética que ya hemos aprendido, sabremos cuál es el polo norte del imán inducido: será aquel que rechace al polo norte de la aguja magnética. Con este método comprobaremos muy fácilmente que frente al polo sur del inductor se ha formado, en el inducido, un polo norte. Si hubiéramos acercado el polo norte: al inductor, frente a él se habría formado un polo sur en el inducido.
En resumen: el imán induce en el extremo más cercano de la barra un polo de nombre contrario al que se le ha acercado.
Con este nuevo conocimiento de la imanación por inducción es fácil comprender por qué un imán atrae limaduras de hierro o alfileres: al acercar, por ejemplo, el polo norte de un imán a las limaduras de hierro, el extremo más cercano de éstas se transforma en polo sur y así son atraídas; ellas a su vez inducen magnetismo en otras y así sucesivamente. También así se pueden explicar las cadenitas que se forman con un imán y un conjunto de alfileres. (ver experimento cadenita de alfileres).